LA FELICIDAD
No permito que lo externo me afecte, ni mucho menos necesito de la aprobación de terceros para sentirme confiado y así lograr mis objetivos. Al fin y al cabo, venimos sin nada a este mundo, y lo que nos llevemos a la tumba alcanzará solamente para ser traspasado por gusanos.
Mientras respiras; ama, se de bendición para otras personas, pero antes de todo lo demás que se haga en el corto trecho que tenemos, aparta la envidia y la hipocresía de ti y vive como si estuvieras por dar tu último aliento.Y aunque muchas veces se dice, que las acciones que se piensan en frío hablan mejor que las emociones que se desbordan, si sientes algo tan grande en el pecho que no puedas contener, manifiéstalo dando gracias al universo que te ofrece otro chance para mostrar quién eres. Marca esa pauta que te diferencie del resto y supérate a ti mismo, no a los demás.
La felicidad la sostienes con tu convicción de ser feliz y cuando llegas a ese punto en el que valoras los detalles mínimos que están a tu alrededor y muchas veces pasan desapercibidos, ahí es donde realmente te haces amo de tu ser y de tu paz; recuerda que mientras vivas esta búsqueda nunca termina.
David Contreras