**La estupenda madre de mi mejor amigo**

Teníamos18 años. Mi amigo partió al Servicio Militar. Me dirigí a su casa para saber de él. Toqué. “¿Quién es?”, gritó la madre. “Jorge, el amigo de Carlos”. “Me estoy bañando, empuja la puerta, entra y siéntate. No tardo”. Minutos después, mientras salía del baño cruzó las manos tras el cuello y las levantó, abriéndolas para esparcir su larga y abundante cabellera, a la vez que mirando hacia arriba, se sacudía la cabeza. Sus firmes senos desde el camisón de seda me turbaron al inclinarse para besar mi cara. No sabían qué hacer mis ojos al perfilar sus contornos y sexo translucidos. “Te traeré un café”: dijo, contoneando sus glúteos al dirigirse a la cocina. La tirantez no podía ser mayor… “¿Dulce o amargo?” Le escuché decir mientras, como un bólido, abandoné la casa sin mirar atrás… ¡Uf!

@Saltamontes. (02/12/2018 14:30)

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Estimado, Pedro, esto ha sido genial, relato fluido, tenso con un final inesperado para estos tiempos. ¡Qué tímidos, respetuosos, nobles e inocentes, en su mayoría, éramos!
Un abrazo grande, es un verdadero placer leerte desde tu cubanía expedita.

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Gracias, amigo Edel. Por esa opinión tras la lectura. Eran otros tiempos en realidad, Aunque hay que reconocer que los jovenes de hoy son más sanos, aunque más liberales… Los tiempos cambin y nosotros con él.
Espero ya estés mucho más recuperado de la operación.
Abrazo