El rostro de la estatua,
velado por el moho,
con sus ojos vacío, desafía
la angustia vertical
del ciprés solitario,
junto a la fuente umbría
donde el tiempo inaugura su catarsis;
y las rosas de piedra, ya marchitas,
exhalan un perfume de agonía,
la sombra de un suspiro,
la lenta decadencia
de una imposible y terca geografía.
La luz se va fundiendo en la nada,
en la aleve distancia del olvido.
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Grande!
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Muchas gracias. Me alegro que te guste. Saludos
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Mientras leía, iba viendo ante mis ojos todo lo que describes… cuánta belleza en una imagen!
Precioso poema, compañero. Abrazo!
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Magnífico y bello poema!
Qué bien está recreado ese ambiente umbrío y translúcido…
Abrazo!
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Muchas gracias por tus amables palabras. Un saludo.
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Muchas gracias. He querido recrear la imagen de la belleza que hay en la melancolía. Saludos.
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El desafío vertical es una imagen magnífica, para asociar las dos direcciones (estatua /ciprés), con vista al firmamento, da la idea expansiva de lo orgánico versus lo estático confrontadas con acierto en versos —Un gran Aplauso.
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