La erómena hambrienta

Sabes que al desflorarme
has despertado en mí al monstruo que me habita.
Llevo en mi vientre un hambre de siglos
y ahora
quiero tirar todos los días
a cada rato
en cualquier rincón donde me asalte el morbo.
Así que… ¡¡Ya sabes!!
Aliméntate bien
porque tengo pensado desalimentarte
descrecerte como una luna anciana que se mengüece
desgastándose hacia la naditud
chupar de ti hasta los huesos
la divina savia en el tuétano
dejarte famélico por lo que al amor respecta.
Yo lo que quiero es aprender —y rápido—
sorber
toda esa tiniebla lucífera
esa sabiduría oscureácea
que se te represa
rebosándose.-

Chane García.
@ChaneGarcia.

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Uffff

está que quema este tu poema irreverante, fluorescente, incandescente, cual lava ardiente !!!

de verdad muy candente !!

jaja !!!

Saludos pana !

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je, je, je… Sí, me lo imaginé. La poesía mortuoria o la que tiende a lo escatológico, es difícil de asimilar y, hay que tener sumo tacto al elegir las palabras para que el resultado final no suene vulgar. Poetizar sobre estos temas que, no son netamente emotivos o de amor, es cuesta arriba.

Una erómena, en el estricto sentido de la palabra, no existe… El término legal es “erómeno” (‘el amado’) es un joven griego adolescente que, motivado a su belleza física, obtiene el apadrinamiento o la protección de un “erastés” (‘el amante’) un hombre mayor que funge de amante de este joven. Es una relación pederasta —socialmente permitida en la antigua Grecia— que durará hasta que el joven se vuelva adulto… Una vez llegado ese momento, dicha relación debería disolverse porque ya no estaría bien vista.

En el poema, es una virgen la que es iniciada por uno de estos “erastés”.

¡Saludos!

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Muy bueno!!! :clap: :clap: :clap: y me has sacado risas como siempre! Oye quería agregar, aunque tal vez ya lo sepas. El famoso senador Romano Scantinius (para evitar ser famoso por causa de su escándalo, al ser descubierto en coito pasivo voluntario decidió decretar la Lex Scantinia, que penalizaba a cualquier alto oficial o noble que fuese encontrado en situación similar a la de él) si bien el coito entre hombres (nótese en ese tiempo no existía aun la palabra homosexual, ya que esa palabra apareció apenas a finales de siglo XIX) era algo común, era aceptable si era el alto oficial o noble lo hacía en su rol activo.

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muy ilustrativo tu comentario de respuesta !!

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Morbo llevado hasta el paroxismo,
trasponiendo el límite de lo carnal. Que también me sugiere un cierto sentido de revancha por parte de la erómena hambrienta, por haber sido desflorada en tales circunstancias.

También destaco en este final, el ansia de sabiduría, que nos puede ofrecer la carnalidad extrema.

Intensas letras @alexander_garcia_197

Un gran gusto leerte.

Saludos.

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No sé qué es mejor…si el poema en sí…o tu explicación posterior!! :blush::blush: Eres único, Chane!
Tus escritos siempre atraen mi atención, en este caso también!!
Abrazos fuertes.

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¡Sí, es cierto! Cuando una persona virgen es iniciada por alguien bastante mayor y además, experto, a modo de buen maestro… esto despertará en el iniciado un deseo intenso de querer aprender más y más… En todas las culturas, el momento de la iniciación sexual es crítico, es decir, te marca aunque no te des cuenta… Tanto así, que muchas veces determina tu “modus operandi” en lo que a sexualidad se refiere cuando seas adulto. La iniciación dejará su impronta en la psiquis.

Una amiga mía, una vez me confesó que, con el hombre con que ella se inició —por cierto, veinte años mayor este señor— era tan bien que se lo hacía, que ella se sentía sebada… le había agarrado el gustillo a eso de andar follando a cada rato —o mejor dicho, cuando podían— que ella, le decía a él: «Mira… ¿Será que hoy vamos a ‘kamasutrear’?» je, je, je Todas las posiciones que te puedas imaginar, las aprendió de este señor… Ella, en aquella época, era como un saco roto, un hambre que no se saciaba con nada… casi una ninfómana.

Saludos.

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Pues, fíjate: no lo sabía… ¡Gracias por el dato! (¿Ves?, todos los días se aprende algo nuevo).

¿En qué bibliografía sale esto reseñado?

Bueno, sin ir muy lejos: a Julio César, de él se decía en… digamos chismes de pasillo, que él era el hombre de todas las mujeres; pero también la mujer de todos los hombres… esto —de ser cierto— dice mucho de su sexualidad.

Generalmente, entre más culto eres, más endeble o dúctil es la rigidez de tus escrúpulos… La gente sencilla, sin tanto educación son de hábitos y gustos más conservadores y, hasta rígidos. La cultura, en cierto modo, te hace disoluto.

Saludos.

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Tú siempre sabes cómo acotufarme el ego… sabes tocar la tecla je, je, je

Por cierto, acá en Venezuela, le decimos “cotufas” a las “roscas” canarias… las palomitas de maíz.

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¡De acuerdo con tu respuesta! Por cierto, en el caso de tu amiga, que le decía a su iniciador veinte años mayor «Mira… ¿Será que hoy vamos a ‘kamasutrear’?», siendo posible que su desflorador se encuentre ya algo cansado de tanto Kamasutra, es ahí donde veo una relación con la idea que aventuré en mi comentario, donde entreveo “un cierto sentido de revancha por parte de la erómena hambrienta”.

No sé, fue algo que se me ocurrió en ese momento, pero que bien podría ser real.

Pienso, como conclusión; que el morbo y el deseo de conocimiento nos llevan seguramente a este tipo de especulaciones.

Nuevamente mis saludos cordiales.

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Hay mucha bibliografía que lo reseña, pero yo lo leí en el siguiente: Cantarella, 1994, Bisexuality in the Ancient World, Yale University Press; New edition edition.

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Por cierto, también hay en Wikipedia un extracto sobre Warren Cup creo que te gustará leerlo. Y tal vez saques una secuela de este poema tan chido! Gran abrazo que nos tienes “sebados” con tus escritos.

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¡Gracias por comentar!

No es tanto que el erastés esté ya cansado de tanto “kamasutrear”, porque por lo que me comentó… este señor apesar de ser ya entrado en años —para el momento en que me hicieron ese comentario… o sea, hace tiempo (1994)— él, era uno de estos señores que se conserva, son de contextura fuerte y conservan aún la energía. Además, ten presente que, las adolescentes cuando son iniciadas por alguien que sabe, ellas se vuelven prácticamente en unas máquinas de hacer el amor: quieren andar “tirando” todo el día.

Y no… cuando escribí el poema, no lo hice pensando en esa anécdota de mi amiga… la coincidencia es fortuita —a menos que el subconsciente me haya traicionado je, je, je—.

Saludos.

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¡Muchas gracias por la información!

Saludos.

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