Persiguen ojos míos, celestial escultura.
Ángel de mis vacíos,
divina es su figura,
su encanto me tortura;
impone desafíos
que heridas no sutura, ni restaña los líos,
censura la aventura, no acepta desvaríos.
Ni atisben la perjura,
o fragüen amoríos,
intentos ya tardíos
que exhiban la amargura;
las ruinas de sus bríos, que la mente ya clausura.
En mi sueño una diosa, que su amor condiciona.
Se sabe muy hermosa.
Amar no la ilusiona.
Autor: Profr. Mucio Nacud Juárez
(DR.) Marzo 29, 2022.
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Muy bueno, me gusta el ritmo y la cadencia. Saludos.
Gracias, Erika. Agradezco tu amable visita a mi jardín de letras. Aprecio tu generoso comentario.
Saludos cariñosos.
Como de costumbre, un derroche de oficio, poeta
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Preciosos y bellos versos que claman esa admiración y amor desmesurado, diosa onírica que nos desvela de belleza, poeta!!!
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Gracias, querida María.
Impredecibles son los sueños que hasta diosas aparecen.
Aprecio tu visita y tu lindo comentario.
¡Abrazos cariñosos!
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Gracias, querida Mrs Wallace.
Hasta los sueños se convierten en fuente de inspiración.
Aprecio tu compañía y tu motivante comentario.
¡Abrazos cariñosos!
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Gracias, querida Ana María.
Muy ciertas tus palabras. De pronto aparecen sueños que nos despiertan.
Agradezco tu compañía y tus lindos comentarios.
¡Abrazos cariñosos!
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Muy original poema con imágenes elegantes y un ritmo muy propio !! Un abrazo estimado Mucio !