Baila la muerte frente a mis ojos,
enviando sus escaramuzas de dolor;
un preludio de cuervos
ponen sus nidos sobre mi cadáver.
Sus penetrantes graznidos
son invocaciones mediáticas;
juicios de los más altos tribunales
que disfrutan mis lamentos.
¡Cuánto desespero en mi sangre!
Tanto abandono, tantos llantos celestiales;
una nube riega el sereno,
pronto caerá la lluvia que me llevará
a las puertas del Hades
y la muerte acabará su danza.
Yo lloraré al abismo
sin poder hacer nada.