Alta es la Cruz, oh Víctima divina,
alto el sitial que mece tu figura:
todo Tú desnudez, desolladura
ensartada en el hierro de la inquina.
Eres Cordero que a morir se apura,
Rey que en tres clavos su poder reclina;
eres silencio en la feroz colina
donde obediente abrazas la tortura…
Mas en lo alto brillan ya tus ojos:
libérrimos y límpidos luceros
que inundan con su luz toda la historia,
trocada aquí en blasón de tus despojos;
e irradian, de tu amor los pregoneros,
la claridad invicta de tu gloria.
Referencia al Evangelio:
"Llegaron al lugar llamado Gólgota, esto es, lugar del Calvario. Y le dieron a beber vino mezclado con hiel; y, una vez probado, no quiso beber. Después de crucificarle, repartieron sus ropas, echándolas a suerte. Y sentándose le custodiaban allí. Pusieron escrita sobre su cabeza la causa de la condena: -'Este es Jesús, el Rey de los judíos”. (Mt. 27, 33-38)
Detalle de El mural de la Pasión. Óleo sobre tabla. Nieves Luengo 2009