En la ciudad desierta
se pierden mis ojos
cuando parece que el mundo termina
justo tras la cuesta de enfrente
cuando veo las persianas cerradas
e intuyo
tras ellas, gente
o el vacío habitado por el polvo
el que despierta para seguir siéndolo
justo cuando el sol penetra
por un resquicio
su nada acumulada
Ocurre que hoy
soy ciudad desierta
ciudad inhabitada
que se mira a si misma desde arriba
y no se encuentra
y se pregunta
cuál es la habitación que me esconde
si me uní al solivo antiguo
de una buhardilla vieja
que guarda el secreto del amor entre sus vetas
o si fue la piedra fría
de una fachada baldía
la que encerró mi alma
en su pétreo interior gris inexpugnable
En el limbo de la espera
espero la amanecida
En el limbo de la espera
toda espera es redundante
y el tiempo no circula
ni hacia atrás ni hacia adelante
En el limbo de la espera
fluye la nada como un viento
pero el barco de la vida
no se pone en movimiento
Dios me salve, María.