Viuda blanca y silente
en los lugares sagrados de la fe.
La mala suerte marcó el destino
y la perseverancia,
suavizado el rito,
te llevó a Vrindavan;
en la ciudad de los monos
y de los mil templos
mendigarás por sus calles.
Fuiste raíz y el origen,
ahora en repudio y despreciada
esperando a la muerte.
Sobrevivir a tu marido
ese fue tu pecado.
No lejos de ti, rodeados de velas,
se canta el Hare Krishna
entre frenéticos bailes
que culminan en trance.
El espectador ajeno que quiere ver
observa estremecido
frente ambas realidades.
Son las otras caras de India.
Uff que versos más sabios, más profundos, todo un descubrimiento para mí la ciudad de las viudas blancas, gracias por compartirlo y hacer eco de una situación donde las mujeres son anuladas y repudiadas, poeta!!!
Es una historia tremenda la de estas mujeres. Antes las obligaban a inmolarse en la pira funeraria de sus maridos. Eso se prohibió, pero ya ves que siguen matándolas de otra manera condenadas a una muerte en vida.
Tremendo este poema, Gali!! Todavía nos queda luchar para conseguir más derechos y acabar con esas abominaciones que sufren las mujeres en diversos lugares…
Tu voz te honra!
Besitos fuertes!
Un poema interesante.
Con imágenes que van cambiando de episodios como ir viendo una película o una serie cuando las imágenes cambian rápidamente de una escena a otra y uno dice… guau, me he trasportado y quieres más…
Muy bueno.
Gracias por compartir.
Que tengas una maravillosa semana.