La Chapilla

Llevaba en su cuello una chapilla metálica forrada con tela roja, como resguardo; a su espalda colgaba una mochila azul de mediano tamaño. Se disipaba el sol anunciando la noche sin vislumbres de luna. Cuánto había caminado, no lo sabía. Dónde estaba, lo ignoraba. Se vio parado en la acera de una calle… Cuánto llevaba allí… ¡Vaya usted a saber! Comenzó a mirar hacia todos lados con los ojos bien abiertos, pero inexpresivos. Tenía sed, mucha sed. Con cara de asombro, sacó la lengua y recorrió con ella sus labios, secos como el desierto. Automáticamente, con gestos imprecisos de las manos desprendió la mochila de sus hombros, abrió el zipper principal y sacó de ella un pomo de agua, estaba vacío. Dos lágrimas rodaron por sus mejillas. Tenía hambre y notó que no estaban los potes con alimentos que siempre llevaba… O no lo notó, pero no estaban. Y sí, tenía hambre. Mucha hambre. Se sentía un robot. Respiró sin fuerzas y mochila en mano cruzó la calle, ajeno a los sonidos de pitos y cornetas de los vehículos y gritos de conductores maldiciéndolo. Sin ser atropellado llegó al parque que estaba al frente, se sentó en un banco y desmadejado se fue inclinando hasta quedar acostado.
Gritó a todo pulmón abriendo desmesuradamente la boca, con movimientos sobrenaturales de los brazos, mostrando sus dientes como fiera rabiosa, comenzó a correr, amenazaba a todo lo que encontraba a su paso. Al llegar a un enorme y largo puente sobre un caudaloso río se detuvo en él, impresionado por la corriente impetuosa de sus aguas. Pasándolo, se introdujo en un túnel ancho y muy largo, tan largo que no encontraba la salida. Tropezó con algo y sintió un gran dolor en el estómago, cayó acostado bocarriba y al mirarse la barriga metálica vio que se rompía y de ella salían chorros de sangre y vísceras luminiscentes.
—Toma, toma… —escuchaba, decir a una joven vestida de blanco que con los dedos presionaba su cara para abrirle la boca y hacerle ingerir algo de una cuchara.
Después de sentir un pinchazo en la yema de uno de sus dedos, débilmente preguntó
— ¿Qué pasó…?
—Gracias a la chapilla —le dijo la enfermera —, supimos eres diabetes mellitus insulino dependiente y que tienes trasplantado un riñón. Ya hemos avisado a tu casa. Has tenido una hipoglucemia.


@Saltamontes

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:clap::clap::clap::clap::clap: Terrible mal, pero estupendo relato.

Qué relato tan bien hilado. Cada caso en el suceder humano, cada caso.
Felicidades por este tremendo escrito poeta.

Muy bueno tu relato! Conseguiste el interés del lector hasta el final!
Las sensaciones del protagonista muy bien descritas. Esa horrible enfermedad de por vida…
Un abrazo fuerte, amigo!:hugs::kissing_heart:

Ufff, Pedro, me has tenido en vilo hasta el final.
Y vaya sorpresa.
Muy bien relatado ese estado de hipoglucemia, devastador para el cuerpo :clap::clap::clap:

Muchas gracias, estimados @Ve54 y @AljndroPoetry
Por sus lectura y comentario. El relato está basado en una realidad. Un sobrino, ya fallecido hace un año, pasó por esa experiencia muchas veces y como él, sus familiares sufrimos también.
Fuerte abrazo

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Gracias queridas @mariaprieto y @wallacegere
Dicho relato ya lo había publicado, creo que en 2019. Lo narrado es basado en experiencias vividas, muy amargas por cierto, de las cuales solo toqué su esencia y de profundizar pudiera escribir hasta una novela. El esposo de mi sobrina padecía de una glucemia bastante rara e implacable que se manifestaba de múltiples maneras. El era una persona especial, un profesional especializado en equipos médicos, relativamente joven, falleció hace un año aproximadamente y vivía a nuestro lado. No se aparta de nuestras mentes.
Reiteradas gracias.
Un fuerte abrazo y muchos besos.

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Inquietante relato, con lecturas varias, muy bien escrito.

Muy buen relato admirado Pedro !!! Me tuviste con el alma en un hilo desde el inicio hasta el final !! :hugs:

Abrazos poéticos,
:hugs: :hibiscus:

Gracias, estimados @joseantonioborrego y @Selene.Arte
Para mi un honor que les haya gustado así.
Fuerte abrazo

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Impresionante… Muy bueno! Te mantiene en vilo.
:clap::clap::clap::clap:

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Honor que me haces. Gracias. Me alegra te guste
Abrazo

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Muy muy bueno, atenta hasta la última palabra!!!

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Gracias, amiga Maria José, por tu visita lectura comentario. Me estimula lo hayas apreciado así.
Fuerte abrazo

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