La carga de la caballería roja

Como espectros y demonios
ruge la rapacería:
¡rojo el sable y la osadía,
cientos son los testimonios!
Simples son sus patrimonios…
Como un fuego los veía,
fuese en lluvia o nieve fría,
¡pesadilla de los zares…!
¡Entre sangre, oh, vastos mares,
marcha la caballería!

Se oye, de la tierra abierta,
como ruge una jauría
de lozana bizarría,
y el infierno se despierta:
«¡roja vida, libre o muerta!»
La Internacional bravía
se entonaba con hombría…
Un cigarro, algún fusil,
y entre aquel errar febril…
marcha la caballería.

«Proletariado a caballo,
¡por tu pan, con rebeldía,
por tu voz, sin villanía!
¡Somos rayo, somos rayo!,
No consientas ser vasallo…
Con el shashki harás la vía,
con el rifle haremos ría.
¡Cantarán generaciones
tu leyenda en mil canciones!
¡Roja es la caballería…!»

«Héroes desinteresados,
¡con Budionni, en la anarquía
tiembla la bastardería!
¡Invencibles, obstinados!
¡Con metralla en ambos lados;
Voroshílov, nuestro guía
primer oficial sería!
A los blancos con la nieve
el arma casarlos debe.
¡Roja es la caballería!»

¡Por la tierra que perdimos…
antes muerta a mediodía
que vivir su noche umbría!
Por la unión es que vivimos,
¡oh, por ella es que morimos!
No queremos joyería
ni malsana poesía…
Nuestra sangre es por la unión,
y la vida, convicción.
¡Viva la caballería!

«¡Hoy, por Stalin y papá,
al traidor fusilaría
como hicimos ya otro día!
¡Por mamá, que ya no está!
¡A ese amor… que no estará…
y ese niño que estaría!
¡Por salvar la patria mía!»
A la voz de «¡Viva Stalin!»
A la voz de «¡Viva Lenin…!»
¡Viva la caballería!

Y entre bulla y estandarte
marcha aquella dinastía,
roja y brava… y taimería
militante de buen arte.
Al molino, de esa parte,
se dirigen con valía,
¡Fantasmal cencerrería!
«Caminantes, hay camino,
y es un paso sin destino».
¡Carga la caballería!

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