Arribamos al ecuador de abril,
la primavera real no aparece,
la bruma rastrera en el monte crece
y el viento del noreste es más hostil.
La buena estación puesta de perfil
en la isla tinerfeña no acontece;
el cielo nuboso poco esclarece,
el gris oscuro suplanta el añil.
Hasta el mismo sol tira de la manta
por la gélida intensidad del viento
que con su furia perenne quebranta,
el cotidiano afán de movimiento
y al ambiente primaveral suplanta
su contradictorio comportamiento.
16-04-2025
Edel@vateignoto