Quizás la luna no recuerda
sentada está en la cumbre, al borde
de un monte azul que al cielo toca
mirando al mar, al cual evoca
en cantos de tristes acordes
Noctámbulo farol de plata
prendida de rubor delata
a dos amantes desvestidos
vibrando al compás de latidos
que sólo la pasión desata
Con el crujir de la hojarasca
la vida nocturna callaba
su habitual tertulia confusa
mientras una sombra difusa
con frío en el alma observaba
Era la víspera de bodas
de la mujer que se entregaba
sabiendo que esa sería
la última vez que vería
al único hombre que amaba
Rompió así la madrugada
con el adiós, la despedida
pero en camino hacia su suerte
halló solo al rapaz la muerte
agazapada en su guarida
Corrieron las horas de prisa
por el portón de la capilla
dónde bancos y sacristía
altar y púlpito lucían
lazos de seda y florecillas
Su figura era un cometa
que al sacro recinto cruzaba
Tocado y Bouquet de azucenas
blancas como la paz serena
de cetro y corona reinaba
Se dió inicio a la ceremonia
entre encajes de tul y organza
pero en el acto de contrición
mientras ella imploraba perdón
él sólo anhelaba venganza
Cumplido el ritual sacramental
de aros, arras y eucaristía
no pudo evitar un desmayo
él sólo miró de soslayo
mientras ella de él se asía
Y comenzó el Ave María
sublime, eterna, celestial
cuando envuelta en su níveo velo
sin aliento cayó en el suelo
a causa del pérfido puñal
Sus almas se estaban reuniendo
por la misma daga en celada
cuando yerta expiró en su lecho
con azucenas en el pecho
ya no blancas sino encarnadas
Desde esa tarde sueñan juntos
aunque en moradas separadas
ella en su majestuoso panteón
él en improvisado cajón
y en el cielo ambas miradas
Quizás no recuerda la luna
que en su ronda nocturna, un día
descubrió dos cuerpos desnudos
abrazados formando un nudo
entre albores y celosías …