Despacio el bullicio se va calmando,
El mar muy cansado dormirse quiere.
Con pocos silencios la tarde muere
Oyendo a la barca que gime tanto.
¡Miradme!, infeliz estoy sin quilla
en esta arena caliente, ¡enterrada!
resecándome al sol en esta playa
Sufriendo el dolor y seca agonía.
¡Decidme!, ¡para qué la paz serena,
que brinda, con burlas, la mar calmada
si yo soy barca partida y quebrada,
que quiere ser otra vez marinera.
Al quite sale la mar con poco aguante,
¡Ya empieza la historia de cada tarde!
¡Miradla!, ¡ya a la mar no se aventura!
Retraída en sus llorosos letargos,
adioses que a sus amores le son amargos
sueña que aún contempla y se apresura.
¡Navega entre las fiebres de desengaños!
Ajenos a todo el drama se va la gente,
plenos de sol y mar, no saben nada.
Uno a uno a sus asuntos, eso les basta,
lo que deban saber, saldrá en la tele.
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