Los callejones infantiles
me devuelven juegos y risas.
Una bolsa de kikos
y otra de gominolas.
¡Qué bien huele la mañana del domingo!
Recorro la plaza y su empedrado,
la alameda y el fresco camino
que me lleva a “la fuente de los estudiantes”.
¡Qué cantarín está el río!
Desde el “sillón del rey”,
en la loma del castillo,
pipas , charlas y risas.
Y abajo, al fondo,
el puente y las aguas nos miran.
¡Qué hermoso tiempo de vida sin prisa,
de tiempo sin tiempo perdido!
.
.
Qué precioso paseo de la infancia por esos rincones hermosos de tu pueblo!! Y esa maravilla de foto me recuerda estos días pasados…
¿Sabes una cosa? Esa tarde que estuvimos por la plaza y el paseo del Tormes, me vino el recuerdo de aquella Hortensia pequeña de tu foto que subiste alguna vez por aquí. Y te visualicé jugando en la plaza y en las orillas del río.
Bonito y evocador tu poema, cuando pueda otra vez, pasaré por allí…
Abrazo fuerte, amiga!
Todo unos ojos y una sonrisa infantil recorren tus versos paseando por las calles de tu pueblo, me siento tan identificada con todo ese “pequeño universo mágico” de amigos, de risas, de escondites, de juegos, de pipas, kikos, gominolas… Sin duda alguna que hermoso tiempo sin prisas, amiga!!!
Wow… Qué preciosidad de recuerdos y de poema, Horten.
Me ha encantado.
Justo ayer estuve recorriendo las calles de Ayódar, el pueblo donde pasé varios veranos y un invierno de mi infancia, y fue mágico ese viaje al pasado.
Tu poema, preciosísimo