Ironía poética

Era —porque ya no es…—
hombre de pelo en pecho
y con su anzuelado corazón púrpura
ensangrentándole el traje
sintió miedo muchas veces;
pero siempre encaró el vilo.
Lo apodaban “el novio de la muerte”:
las balas
dibujaban cuerdas breves de asustadizos retazos
sobre sus sienes rubias.
Era un hombre plantado en todo el sentido de la palabra…
su mirada pesaba
y su voz igual, sonaba como a madera de roble.
Murió una mañana estando solo
… atragantado
vino
y lo mató infame
una negra aceituna.-

Chane García.
@ ChaneGarcia.

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