Mientras mira a lo lejos
en el hogar impuesto,
ahora, que los hijos se han ido,
la anciana balbucea:
“Ya no se escriben cartas
como antes y la distancia
se hace más grande,
en los viejos nocheros.
Estar ausente, es otra forma
de parir los hijos”.
(Estas palabras las escuché hace poco, mientras visitaba un hogar de ancianos y no quiero olvidarlas).