Esta tristeza peina canas
mirándose en el espejo de la melancolía.
Desde que la casa nos tiró por la ventana
me alojo en las trincheras de las agonías.
Mi corazón tuvo un terrible accidente :
no puedo distinguir prendas de penas.
Lo importante es un espejismo de lo urgente
y hasta en el desierto me cantan las sirenas.
Y cada vez que navego en el pasado
un océano se hunde en mi garganta.
El desamor es un grito ahogado
porque la incertidumbre fue su almiranta.
La noche como la mirada es un pozo
que no puede sepultar lo que la hace sufrir.
El insomnio es un charlatán memorioso
que siempre tiene algo para decir.
Requetebueno el poema, Martín.
“El insomnio es un charlatan memorioso
que siempre tiene algo para decir”
…Pero después de todo sueño roto
olvidas lo dicho y no lo puedes escribir.
Abrazos