¿Te has mirado en mis ojos,
sin saber quién he sido?
Me enamoré de aquellos seres
que guardan con sigilo, las llaves de la noche.
Este mundo censurado por la aurora,
parece que aplastara mis flores en verano.
Yo crecí entre cantos y esperanzas
y el frío prendía su farol en las noches.
Los árboles me daban sus frutos y sus nidos,
mientras por los caminos, los niños asomaban
su inocencia en el río, comiendo frutos del suelo,
con gemidos y llanto.
Mirad el cielo muriendo. - ¡No, no es posible!
El cielo permanece noche y día.
Debe ser una paloma que muere en el ocaso,
si voló contra el viento.