Andrajoso por un camino empedrado,
macilento como una flor que se desquicia
en una noche extenuante de apretados silencios.
Por la ribera de una acequia deshidratada,
sin una misera piedra que llevarse a la boca,
desorientado entre tanta senda maltrecha,
que sólo conducen a inexploradas simas.
Cubierto de arañazos de tanto matorral insolente,
a los que nada le importa tu actitud desafiante,
seguirán rasgando esos deseos nunca cumplidos,
esas ensoñaciones, esas fábulas, esas quimeras.
Entonces volverán los llantos y las lamentaciones
y buscaras un ribazo donde arrullar la conciencia,
porque, quizás, el amanecer sea próspero,
en un continuo errar por aquella inhospita sierra.
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La búsqueda de la prosperidad en territorio hostil. Me ha gustado, compañero
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Muchas gracias compañero.
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Muy buenos versos. Un placer su lectura.
Besicos.
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Muchas gracias, me alegro que te haya gustado. Otro besico.
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