Indiferencia

Vuelan los gorriones,
mis ojos no ven las alas,
no importa nada.

El sol escala la montaña,
la vigilia ha terminado,
no importa nada.

El corazón salta hacia los ojos,
el pecho, abierto, lo libera,
no importa nada.

Mi nariz se traga el aire,
mis pulmones se asfixian,
no importa nada.

En una visión vespertina
mi tumba resplandece, poderosa,
todo allí importa.

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