Imposibilidad

Desperté escribiendo
horizontes
que iracundos,
seducían
mis voces.

Famélica
el alma buscaba
fruta madura,
en jardines oscuros.

Sembré sueños en un pantano
labrando residuos de manos jugando…

Desperté y semidormida
escribía,
de aquello,
que aún no es poesía.

Pesadez que no cesa
en el sereno,
luego del beso,
de la noche.

Y dibuje castillos de arena
sobre hojas en blanco,
y hombres descalzos.

Entregué bizcochos
a la mujer de negro,
que llora.

Y no desistió la mañana
alentada de una nube
enamorada,
de aquella efímera
imposibilidad.

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¡Qué buen poema, Carmen! Está repleto de imágenes potentes. Gracias por compartirlo!

Estupendo poema, compañera. ¡Saludos!

Que honor tu comentario. Gracias!

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Gracias, compañero :slight_smile: Saludos!

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