En las encrucijadas del delirio
vacié mis instintos, dualidades y puntos de apariencia,
diseñando un collage de ruinas invisibles
velado por los ídolos cargantes e incisivos
que revelan tan solo efervescencias y vuelan en burbujas.
He sido muchos mitos, incluso trascendente,
en antesalas mustias sin salida
-Dios reside entre límites, pienso sin propasarme.-
Desconexión sin cómo,
sin dónde,
sin cuestiones.
No puse ni quité nada en absoluto,
solo canas, arrugas, sospechas y remotos
controles.
Solo reiteraciones de un diagnóstico atroz,
patología instada, constatación del hombre
que eleva realidades.