Solo quiero quedarme en silencio,
torturarme pensado
en lo que pudo haber pasado,
pasar de cerca por lo que siento,
beber más del llanto que me es amargo;
deambular por la noche que yace desierta,
de las ilusiones, de los sueños robados,
por un “hubiese” que me tiene despierta,
por aquel beso que fue deseado.
Y quedarme dormida, y no pensar,
y no soñar, y que en los venideros dias
nunca se me dé por intentar
sentir de nuevo que puedo amar.