Hoy, es un día cualquiera.
Visto de luz mi mirada
y me extiendo al viento
cual sábana blanca que reta
y aleja, a la negra tormenta.
Hoy, despido a los conjuros,
a los vaticinios agoreros
y me pongo por sombrero
las flores de violetas y glicinias.
Hoy me cuelgo
el canto de un jilguero.
Y me bebo deprisa
la líquida risa de la fuente
y el aletear de una mariposa
se pasea por mis ojos
abiertos a la orilla del alma.
Hoy no caben
sombras que ocultar,
ni mares de sargazos
que atrapen los sentidos.
En fuga, mis pasos se alborotan.
Hoy es un día
de savia exuberante,
de sueños ambarinos
y un crujiente aroma de azahares
impregna las volutas de la tarde.
Hoy rompo mis espejos
y corto la alambrada,
le planto remolinos de brisa
a los desiertos
y siembro en el asfalto
ennegrecido de noviembre
un nuevo sol de girasoles.
Hoy, me pinto
briznas de luz en mis pupilas.
Regresará la lluvia
a humedecerme el alma
y refrescarme la mirada.
Hoy, no soplan los miedos
por oscuros callejones,
ni cabalga la pena
por la acera de enfrente,
ni pasea el olvido
con la vieja memoria.
Perfumo el aire con sonrisas
de jazmín y de cerezas
y me envuelvo el pensamiento
con seda y terciopelo.
Hoy…me aferro a lo que quiero.
Le coso primaveras a mis ojos
y entierro soledades
entre las nubes blancas.
.…Y abro la ventana y espero
que fluya la vida…sin prisas.
Octubre 2022
Foto: De mi amiga Lola González.