Hoy, de momento no te atormenta
hoy, es apacible, como un día lluvioso,
debajo de una manta
y una sonrisa ansiosa detrás del humedecido cristal.
Entre unos brazos ajenos, que dan calor.
Pero la tacha consabida del destino,
sabe que es una excusa,
no hay defecto, ni falla,
en lo concluyente, irrefutable,
incuestionable.
Todos los días algo bonito desaparece.
Hoy es uno de todos los días.