El Crowne,
donde se olvidó todo.
El del polígono.
Aquel que parece
una jaula escondida
para infieles.
El balneario de Trillo,
aquellas casa rurales,
donde se nos paró el tiempo.
Y aquel…
y aquel otro…
Hoteles,
donde escribimos
nuestro libro.
Beso a beso,
esperando que no llegara
la madrugada,
esperando que no se rompiera
la felicidad.