Hojas de otoño

Es domingo,
el silencio está impaciente
con todas sus noches.

La bruma ha robado los sueños,
observa distraída las colinas
hasta que se anima a tocarlas.

El horizonte se estremece
ante las sombras,
tiene celos de la sonrisa efímera.

Eres cómplice del tiempo
y su memoria.

Fragmentos de una soledad
abandonada,
el bosque está durmiente,
quieto como el rocío de tus sentimientos.

Destila el aire con aquella eternidad
que ha sido despojada
por la agonía de no convencerte.

Como hijos huérfanos de la aurora
así añoro mi esperanza,
fiel a la tormenta y el relámpago,
con orgullo protegiendo ese instante.

Cuándo dejaré de mirar a la luna
y contemplar a las estrellas
cubiertas de violetas.

Cuándo dejaré de sentir a Júpiter
y callar los sonidos sordos,
esos que retoman la verdad
ante el estallido dulce de una ilusión.

Profundo es el rumor quieto
que amenaza
con la fuerza de un ciclón.

Lo venceré a carcajadas,
sediento de vida,
estrechando a las flores
con su última voluntad antes de ser cortadas.

Hojas de otoño
que caen desesperadamente,
pisoteadas por la herida espontánea.

Dulces palabras
que salen de un ruiseñor,
contengo la respiración
no quiero perderte.

Eres mi musa,
tierna ilusión
que no tiene la culpa.

Germina el corazón
sin la angustia del cielo,
manantial amoroso
tenme misericordia,
no puedo olvidar el amor.

Mute.

Photographize.

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Flores de otoño.

Corregido y aumentando.
Salud y poesía