Historias de un caballero, la rosa y un mundo amenazante

  • Bajo la mata de desconocimiento se alberga mis más profundos pensamientos. Encuadernados perfectamente en espera a que un dulce caballero pueda leer ante mi propia presencia aquellas conjeturas y guiarme por el tiempo; un tiempo tan desdeñoso con mi existencia injustificada.

  • Yo no habito en este mundo, soy parte de la frenesí de Neptuno, junto con otro rastro de mi costilla hecho a imagen y semejanza que tampoco habite en este cosmos … Soy un eclipse entre sol y luna que reafirma mi existencia como un ser de luz que yace en aquel miedo a su presencia en los terrenos de la tierra. ¡Porque ningún humano en su condición racional pudo descifrarme! ¿Sera que un cuerpo de este mundo pueda saciar las conjeturas del libro de mi alma? Que con su índice en mano acaricie las livianas hojas; con un aspecto tan sedoso como el de mi piel, pasar entre los diferentes actos con sus dedos frotando cada rincón de mi alma. Quiero un caballero que no tenga el miedo de leer los pasajes de mi maldición en voz alta y que pueda ser capaz de hacerme el amor con sus dedos. Rozando consigo los canales del libro y produciéndome un pequeño viaje a Neptuno otra vez. Oh un amante capaz de hacerme volar hacia la estratosfera nuevamente donde se siente como en casa…

  • Quiero un amante de otro mundo que no sea aquel traicionero que conocí. Donde muchas siluetas sin la luz del que busco intentaron encaminarme. Me ataban dulcemente a una propulsa de la que no pude salir hasta acabar con las hojas que pertenecían a sus actos. Gran parte de lo que pude creer el epilogo quedo arrancada fuera de la presencia de estos bandidos, arrancaron las páginas de mi vida para dejar el libro a su suerte, agonizando entre la vida o muerte. Esperando a que un dulce caballero pueda salvarlo con una buena reescritura de sus páginas. Soy la rosa emergente del núcleo de Neptuno que solo necesita ser cuidada ante los peligros de este espacio terrenal tan aterrador, quiero que por fin un caballero se enamore de aquella rosa tan penosa de la vida y con un relámpago pueda adueñarse de ella, de sus hojas, de sus dulces pétalos. Que se adueñe de las espinas que la misma rosa hizo crecer por el miedo a ser lastimada de raíz.

  • Bajo los sucios pasajes en donde se encontraba la rosa marchita pudo sobrevolarlo un cuerpo más. En aquel momento de primera visión sin la luz que lo caracterizo tiempo después… Se arrastraba en una profunda furia por aquellos terrenos desconocidos, en busca de algún atisbo de bondad que quedara en el mundo del que siempre fue parte. No, no es un caballero galáctico. Tampoco uno salido de los misterios de la Vía Láctea. O incluso fuera de este planeta. Era un caballero sin fuera de lo común, siempre vivido en la tierra. Pero que vivía en él un poder desconocido por todos, ¿sería parte de Neptuno como su futura amada? O un pobre y triste diablo que buscaba a gritos amor como la rosa que nunca pudo salir de aquellos infiernos subterráneos.

  • Aquel cuerpo también fue golpeado ante la cruda realidad del cosmos en la propulsa de su amada. Era un cuerpo con un incontrolable miedo; en busca de resguardarse de aquel desconocimiento tan desafiante del que era parte el mundo. Buscaba refugiarse en manos de otro ser viviente de lo mismo y poder escuchar los misterios que, -aunque tampoco los llegase a entender del todo-, pudiera sentirse acompañado de un mismo ser… Quería conocer las aversiones de cualquier ser y abrazarlas, para sentir que otro abrazase las suyas. Volar hacia aquellos planetas de los que se sentía parte, darles un vistazo junto con alguien que le pueda dar esa fuerza para hacerlo. Sentir el PH y las fibras de su alma.

  • El caballero sin honor y espada quería amar… Pero no con la mente, porque esta olvidaría del pertinente encuentro con ese otro ser; tampoco con el corazón por que en algún momento debido a su condición terrenal dejaría de latir en algún momento dado. Quería amar a un ser con sus sentidos y alma, porque sentía que a pesar de ser una putrefacta zona de su cuerpo por todo lo acontecido, era lo suficientemente fuerte para sobrevolar hacia la estratosfera y quedar grabada en aquellas enanas blancas que conocía como “estrellas”

  • Era parte de su ser aquel desbordante amor. Tan familiar al ver a la rosa que genero un brillo en sus ojos. Este caballero sin espada quería llevarse ese rastro de familiaridad, no con una intención mundana de pertenencia, y mucho menos egoísta. Sabía que la rosa estaba igual de presente que el en aquel pasaje. Sabía que la rosa estaba en pie al igual que sus relucientes botas. Había algo que llamaba tanto a este caballero a admirar la empobrecida belleza de la rosa por el tiempo en cautiverio; no obstante, sabía que aquella compartía los mismos sentimientos ¡Escape!

  • Rosa sucumbida ante los encantos, cae y decide desbaratar aquellos tontos escudos para dejarse amar por aquel caballero noble que la sujeta con una dulzura inexplicable del tallo. Ante aquella primera impresión los finos y debilitados tallos anteriormente endurecidos por una prosa inigualable; empiezan a caer lentamente en el piso del pasaje. En el santuario confinado empieza a brotar una luz remota que no asusta al caballero inexperto. Sino que, en cambio, sostiene fuertemente la rosa esperando lo que él sabía que iba a pasar. Ese sentimiento encontrado de escape se formó para que el destino lujurioso como también maldito le diera por fin a una bella doncella la cual admirar. Admirar como lo hacía con esa rosa, en ese encuentro de amor a primera vista.

  • Acaricia las paginas sedosas proporcionándole un placer nunca antes descubierto, ligeros toques que producían ligeros gimoteos cárnicos y sumidos en una sensación de pertenencia. Miedo… Eso es lo que debería sentir. Un caballero se apropió de mis espinas y hojas para sumirme en un viaje de placer interminable… Soy de su propiedad, quiero que me posea, aunque eso me sume en lo mismo, siento que sería una condena mucho más feliz de la que viví. Pertenecer al caballero que me logro liberar para condenarme nuevamente a su amor. Sufrimiento tan dulce como la miel que brotan por mis venas…

  • Querido amante, poséeme esta noche, la siguiente y todas las que me toque hacerlo a tu lado. Cuando salgamos volando del mundo pecaminoso en el que estamos sumidos al conseguir esa luz deseare tus suaves manos protegiéndome, ante todo. Protegiéndonos, porque nosotros al no habitar en este desconfiable mundo somos los únicos que tienen la clave para salir de él. Te amo mi esposo tan diferente como a la vez ordinario. Mi pequeño niño heroico que pudo salvarme. Amémonos hasta poder salir de este sufrimiento juntos. Rumbo hacia nuestro propio mundo. Que no sea Neptuno, la tierra ni mucho menos la luna o el sol. Que sea un mundo que forjemos en un nuevo cuásar; un nuevo choque de galaxias para crear la vía láctea de aquel caballero con honor esta vez por salvar a una rosa sumida en un eclipse eterno.

Claudia Xaviera Bullón Rivero Nory “Eclipse”
(miércoles 4 de octubre del 2023)

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