Así es, Aurora. Las abuelas y nietas como yo a la fresca cuidábamos las calles como parte de nuestras casas, había comunidad de vecinos sin necesidad de presidente y apoyo mutuo, mucho, y más confianza a pesar de las diferencias. Las llaves dentro, la cafetera…tantas cosas.
Venimos del mismo sitio, Aurora Gracias por compartirte
Gracias, Alfonso, aunque yo siempre tengo la sensación que hago todo lo contrario, aunque sólo en un intento de suavizar el dolor que a veces tengo.
Lo que yo escribo son más subtítulos de imágenes y sentimientos que me asaltan, no tanto poesía (jamás aprendí a hacerlo); y la poesía que yo leo en esta comunidad me llena y ayuda a entender cada forma de transmitir, y cada una es única. A veces, no las entiendo, es verdad, y por eso no me gustan, pero claro, en verdad es que no me llegan porque quizá sentimos diferente y no acabo de ver a nadie en ellas.
Agradezco tanto que tú me veas, todavía tengo tu boli (que lo sepas) a buen recaudo
Historia de unas vivencias únicas, irrepetibles en su tiempo que nos hacen recordar que hoy, hemos perdido muchos valores solidarios, comunitarios, de puertas abiertas y manos dispuestas, poeta!!!
Y es verdad lo que dices…antes, vivíamos abiertos a la vida en común, ahora estamos cerrados…
Mi infancia la viví en un pequeño pueblo y los vecinos convivían y compartían todo lo que tenían. Otra forma de ver la vida. Recuerdo las noches de verano con las puertas abiertas y sentados a tomar el fresco y a charlar.
Precioso poema y preciosos recuerdos de tu madre y abuela. Un tesoro!
Así es, Minada bonita. Y no todo estaba bien, había mucho que cambiar y se hizo, pero en el proceso se perdieron valores importantes… y eso, creo que es lo que echamos de menos, no la historia, no el momento, sino algo más de adentro.
Besitos y muchas gracias por tu comentario!
Yo salía a la fresca con la abuela y las vecinas, era seguro hacerlo y no había policía. No hacía falta, ellas lo tenían todo cubierto porque conocían a todo el mundo
Besitos, María mía!
No tengo recuerdos con ellas… pero, aún tengo a una viva que tiene 85 años. ¨Todos¨ sus hijos han muerto, 2 de los 3. (digo, todos… ella dice así, pero…) sus hijos han muerto, (el año pasado, con dos meses de diferencia… septiembre y diciembre), y el otro día hemos hablado como dos horas por teléfono.
Me hablaba de sus hijos muertos y de algunas cosas de su niñez.
Y, yo le decía de mi mamá, ella no es tu hija… -Me dice-. Bueno, sí, (mi mamá está viva, pero enferma). Ella cree que se va a quedar sola, eso lo cree desde que murió su marido en el 2001 entonces, a veces le da mucha pena, se siente sola, pero no quiere venir a vivir a casa, dice que no.
Todos los que ella ha tenido cerca han muerto ya, pero ella aún sigue de pie y vieras parece una adolescente para su edad.
Bueno, es una historia larga y es difícil de contar… a mí me abre heridas en el corazón, (prefiero no dejar caer más lágrimas).
Un gusto leerte, Marta.
Espero que te encuentres muy bien.
Qué preciosa historia con tu abuela, y qué difícil para ella perder a tanta gente… Tú sonríe con ella y hazle contarte historias que la lleven a momentos bonitos, seguro tiene infinitos porque si su dolor por la pérdida es tan grande, seguro es que ha amado infinito también.
Besitos mil, mi Ivka, tú no llores.