Ahora vivo de ausencias, de amargas lágrimas que no se fingen y te pienso constantemente, rindiéndome ante la evidencia de que tú no me amas. Me detengo ante el vacío de tu desdeño queriendo saltar desde el precipicio del abandono. Mi pequeño espacio inhabitado sangra de un dolor que no cicatriza, y ante la certeza de que este sentimiento es real y no fruto de mi imaginación, siento el amargo desaliento de no saber como huir a tanto sufrimiento. Luchando contra todo y todos, ansiando cambiar mi esencia para no derramar más desconsuelo. Quisiera olvidar el sabor de esta pasión que me inunda, arrastrándome a las profundidades de un océano de dudas, en donde nado entre el límite de la cordura y la más absoluta locura. Este mal tan propio y ajeno que me atrapa es mi viejo compañero de calles desiertas, de paisajes desolados y hogares abandonados, testigo de cada uno de los instantes en que sentí el amor navegar por mis venas, veneno de mi alma y alimento de mi espíritu. No sé extrañarte, ni sé cómo olvidarte. Se nublan mis esperanzas ante la tormenta de tu indiferencia, pero yo te espero y aunque necesite consumir uno a uno los días que me resten por vivir, seguiré gastando etéreos abrazos y robándote besos en la distancia. Un día, el último, cerraré mis ojos trenzando tus dedos invisibles para abarcar mi destino, pues allí donde seremos solo reminiscencias, tú vivirás para siempre a mi lado.
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Excelso en su magnificencia
Muchísimas gracias por leerme y por su amable comentario.
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Es precioso. 
Bellísimo!!
Muchas gracias!!
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Muchas gracias por leerme.