"
Y me hallo más viva
que cien cirios dorados
sobre mi pecho.
Le canto a su despedida,
a la perla nacida
de su espalda.
No hay bálsamo
para la flor sangrante
entre sus manos…
"
Las heridas lastiman la memoria del corazón.
Pero cuando nuestra fuerza interior se conecta con la energía de un hilo de luna, nuestro ser se aferra a la presencia de un nuevo amanecer.
¡Profundos y sentimentales tus versos!
¡Hermoso poema, Enid!
Abrazos cariñosos
Qué bonito mensaje don Mucio, muchísimas gracias por pasar a leer y comentar, le deseo una bonita navidad con su familia, que Dios les proteja, fuerte abrazo!!! felices fiestas