Atravieso la noche
en las manos del sueño
con un pedazo de luna en los bolsillos
a punto de terminar septiembre,
mientras la luz de octubre
ya viene…ya viene…
En cada cuerpo a solas
puede haber un naufragio
que sin querer golpearte
quiere morir contigo.
Reinventar la mañana
con la tímida alba
y andar entre pequeñas ilusiones,
sin ignorar la rosa mojándose en la lluvia
o los heraldos pálidos
visitando los días.
Una lluvia de estrellas
desprendida del cielo
me recuerda la savia
que hay dentro de nosotros.
Con el atardecer,
la vida renace en los pinares
mientras busco algún jilguero
que me cuente sus amores.