Heraldo


y se rompió en cristales de niños.
¿porqué tantas fiebres antes de nacer en esos días?
y porqué tantas vértebras rotas al costado de la vereda
que tú me regalaste
me arbitran piezas extremadamente nobles y cortantes
que se sacuden
piezas de llanto que encajan en todas las cajas de los juguetes
para niños
que se venda mi llanto y que se apueste con todo el dolor
para un puesto antes de enterrarme
He venido a poner rojo el mundo
desde la ventana
y he venido a arrojar al mundo una estirpe de heroína

A nuestra noche, más bien mía, le faltó
el instante de donde nacen amapolas.

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