Olvidé tu nombre, lo he olvidado.
Se ha quedado reposando en el Olimpo
junto al mío, sobre la muerte,
justo bajo los pies de Hades mismo.
He olvidado tu nombre, lo he olvidado.
Entre las nubes, y mi llanto
que apenas te recuerda.
Solo tu cuerpo, mío, permanece.
Tu cuerpo, que inunda mis madrugadas
y los amaneceres desvelados en latidos.
En tus mañanas de luz, me resplandeces.
El rumor de murmullos, el espacio,
ha olvidado tu nombre junto al mío.
Porque juntos no seremos,
solo una cita a ciegas que descansa
y será lo que será, sin prisas y sin pausas.
No recuerdo cuál era mi nombre antes de ti
y no debo nombrarte cielo mío,
solo importa lo que existe en nuestras almas.
Una nota inolvidable acaricia al Universo
y basta, para detener el tiempo en un suspiro.
He olvidado tu nombre y he olvidado el mío.
Para ser simplemente realidad innata,
para nombrarnos para siempre,
ouroboros y destino…
Erika C. Rguez. Padrón
#EPadrón