He caminado,
por valles y senderos,
hoy solitarios.
Algunos pueblos
quedaron entre ellos
semi olvidados.
Allí durmieron
los versos y poemas
de juventud.
Nacieron otros,
sencillos, temblorosos,
en el estío.
Dieron sus pasos,
de invierno y primaveras
ya marchitadas.
Y se quedaron
durmiendo en los recuerdos
de la conciencia.
Hoy, mis pisadas,
no saben el destino,
ni a dónde van.
Quizás te buscan,
eterna poesía,
como hace tiempo.
Quizás esperan
la rosa inmaculada
de tu sonrisa.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/04/20
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Sinmi
17 Agosto, 2020 15:49
2
Caminar como símbolo de vivir. Muy hermoso. Saludos poéticos.
Deisak
17 Agosto, 2020 16:28
4
Cuando usted escribe, con la inmensa humildad, y valiosa sencillez que le sigue, pausa el día, y se gotea denso… el vino que se respira en sus años, en su experiencia, y en su buena voluntad de alma. Magnífico poema.
Gracias por tus palabras, Deisak
Un saludo.
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Hermosos esos caminos de la vida y no sabemos lo que nos depararán.
Precioso poema, Rafael! Abrazos.
Qué bellos versos!El poeta es su camino y la poesía va con él… Saludos,foncho05!!
Gracias María Prieto.
Abrazos.
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Gracias por tus palabras Silvelart
Saludos.
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