y me mordería la lengua
con tal de quedarme por aquí,
y si miro atrás sé que podría haber sido yo
todas las cosas que te han hecho daño,
si mi existencia te resulta complicada
es porque he crecido de donde nadie proviene,
esta vez no me llevo nada,
todo lo que vi por última vez
se ha quedado donde lo dejé
y tiene forma de regalo
porque mereces cosas bonitas
cuando te rodeas de tanto castigo
y la casa está vacía incluso cuando sale el sol;
si el tiempo nos vuelve a mimar de nuevo
y nos encontramos con menos que antes
podremos comparar lo que ha sido de nosotros
sin una lucha de gigantes por saber
quién ha derramado más sangre
cuando nadie nos había llamado.
si el amor aún llama a tu puerta
cuando no puedas dormir por las noches
será un triunfo del que yo no formaré parte,
y no habrá celdas que te encierren,
y tampoco ventanas que te dejen pasar,
he buscado la comodidad
de una reina entre verdugos
y lo que encontré fueron hachas bajo tierra
y esqueletos en los armarios,
todas la estrellas partidas que me prometieron,
un motivo para que me visiten los monstruos
y la esperanza sea la última flor de tus trajes;
te doy todo mi nombre
porque ya no me acuerdo de lo que significaba
y te lo has llevado con la lluvia
que arrastra los torrentes y me dejan limpia,
te dejo con el permiso de reconstituir
las sobras de mi fama
porque es mala y ya no la quiero,
porque estoy repatriada
y me quedo en el exilio.
por todas las veces que esto ha parecido un final
y ha resultado ser el preludio
de una separación demasiado grande,
no sabía que debía dosificar el dolor
hasta que fuese ridículo;
te has quedado con mi respeto,
con todas las veces que cometería una locura
y las noches que se han quedado en los poemas
que ahora no tienen desperdicio,
te has quedado con mi admiración
por ser un desafío que solo
me ha mostrado las cosas que no quiero,
te has quedado con mi niña interior
y la villana de estos meses,
te has quedado con todo lo que podría
haberte enseñado
y lo entiendo:
te has quedado con mi ego,
con mi eco,
con mi techo
y mis canciones
y ahora todo parece más sencillo
porque dejarte ir no era una opción
hasta que la mañana no ha llegado;
y puede que me esté engañando
porque he aprendido del mejor,
pero nunca había visto un juego
de manos tan ágil,
nunca había sido tan fácil
ser tu despedida menos importante.
Comfort — Nicholas Galitzine
