Extraviarme adrede entre tus sábanas
errante y reverente provocando tus desvelos,
deshojando las horas divinamente perpetuadas
en cada centímetro de tu cuerpo.
Así anhelante de los pensamientos a los hechos,
amarte nuevamente al despertar del alba,
irrumpir suavemente y sin sosiego
en tu deseo ferviente que a mi deseo abraza.
Y escucharte amor sin pronunciar palabra,
sintiendo los latidos de tu suduroso pecho
como apresurados a mis caricias llaman
ahogando entre gemidos un “te quiero”.
Felicitaciones, Eli. Creo es lo primero que leo de ti, pero es tu poesía un encanto. Sus versos, románticos y sutilmente eróticos al leerlos suenan con una cadencia y ritmo que invitan a ser leídos varias veces.
Me encantó el poema.
Abrazo