…
La palabra,
la flor adornada
y el cuerpo florido en la selva:
tu olor suave
el desliz de la madera y
la noche cubierta de ríos.
El paisaje y los claveles:
la naturaleza de Dios
y la igualdad… mi alma ¡mi alma!
la caricia de las estrellas
y el fruto de un ángel.
el sabor de las rosas
y la memoria de los aparatos tristes;
la canción desesperada
y mi saliva absoluta
vas y voy, ¡vamos¡
sobre los pétalos de perro
y el cariño de las rosas… el aliento amarillo.
lo que se mira y se toca,
lo que se admira, la respiración jadeante
el sexo entre las cortinas;
lo sencillo, lo tierno
las madrugadas, el tono suave
las deidades; las plumas.
Tu nombre recorriendo el humo
y desde dentro partirme por la mitad
todo es embriagante
todo es armonioso
todo es natural
eres esa miel que no salpica, ni lastima
casi un recuerdo de silencio
casi un invisible grito
un
chorro
de agua en mis manos.