Harmodio y Aristogitón

Eres joven y audaz, amado Harmodio.
Kalós kagathós.
Temo acariciarte por si despiertas,
porque quiero contemplarte así.
El líquido cobrizo
de la luna ateniense
se ha derramado por todo tu cuerpo.
Qué belleza terrible
la de tus cejas como robledales,
la de tus labios y tu pecho,
la de las alas que Nike
despliega poderosamente
sobre tu cinturón de Adonis.

Mañana mataremos al tirano
y el mirto se tiznará de sangre.
Mañana seremos libres, Harmodio.
Cantaremos poemas embriagados
y bailaremos al son de la lira.

Pero si los dioses,
dementes caprichosos,
me arrastran hasta el Hades,
si me impiden admirar,
como admiro esta noche,
la luz de hecatombeón sobre tus muslos,
yo te esperaré, querido Harmodio,
en la isla de los Bienaventurados,
y seguiré cantando
Jamás hubo hombre alguno en Atenas…

2 Me gusta

Confieso que tuve que leer la historia de Harmodio y Aristogitón para contextualizar el poema :wink: .

Me pareció estar leyendo a Cavafis en algún momento, por el tema pero también por el tono. Me gustó. ¡Gracias por compartirlo!

1 me gusta

Es un gusto leerte. Saludos poéticos.

1 me gusta

Efectivamente hay poemas, sobre todo los que hacen referencia a temas mitológicos, que para entenderlos un poco hay que leer la historia. Gracias a ti.

1 me gusta