Hablé con las hojas muertas
afuera, lluvia, tormenta.
Escuché la sabiduría de los árboles
dentro, café, cigarrillos
Recorrí lugares no para visitarlos
sino para encontrarme a mí mismo
para dejar de huir de mis pensamientos.
Garabatee hojas con trazos anárquicos
sin ningún sentido
solo para imaginar como sería tu cuerpo.
Dentro silencio, calor, oscuridad.
hable con mis amigos muertos
pero que para mí seguían vivos
para reír con ellos
para emborracharme con ellos
para que me confirmaran
si por fin eran libres
si por fin estaban ya redimidos
de la culpa cristiana
de los pecados terrenales
y me pregunté si ya estaría preparado para
estar junto a ellos.
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Un diálogo con lo perdido, un refugio donde la lluvia murmura secretos y el recuerdo convoca sombras.
Letras que son como el eco de una redención imposible.