Ha nacido el día
entre gris plomo y agua marina
sobre un mar apagado,
sobre una ciudad inquieta,
cargado de tristeza
y el aleteo de las gaviotas
dibujan figuras acá y allá
entreteniendo el tiempo del día.
Así anda mi mente
de acá para allá,
de allá para acá,
esperando a esa hora
que entretenga mi tiempo,
ese en que disipe la tristeza
y la transforme en un sueño
ese que siempre nos invade
cuando descubrimos
la belleza de un instante
en la mirada de un niño
que no sabe de rencores
ni de celos, ni de olvidos,
buscando la verdad
entre las miradas perdidas
de los que caminan
tras su sueño inagotable.
Ha nacido el día
entre gris plomo y agua marina
de esos que miras con pena,
imaginándote historias de amor
que nunca mueren
en el jardín abandonado
de la memoria, donde viven
los duendes de los sueños.
“Llegas al final de tu camino y miras hacia atrás preguntándote:
¿Si el camino que has seguido ha sido el más adecuado?
No sé si será el más acertado, pero seguro que ha sido
el más adecuado; sino no estarías haciéndote esa pregunta.”
Pippo Bunorrotri
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