Llegado el momento, con miedo o valor, chillando como cerdos o estoicos como corderos, lucidos o inconscientes, igual vamos a morir.
Hay una frontera filosa y sorda que corta todo.
Ataja todas las emociones y a la consciencia misma.
Adelante de eso, todo futuro es entonces lo que hemos dejado atrás.
Todo el bagaje de sentimientos, las piedras preciosas, quedarán enmaletadas en palabras, en el armario de la poesía.
En el momento que nos vamos, queda todo atrás. Solos en el limbo, sin nada.
Absolutamente.reflexivo
Buen día @varimar !
Gracias por tu lectura y comentario.
En efecto, reflexiones sobre un paisaje interior con montañas de miedo, mares de felicidades, soles que hieren la tarde, cielos con nubes sonrisas -o lágrimas-, Valles de realidad y esos árboles que nos rodean y acompañan para lidiar y disfrutar de los elementos. Todo eso intangible que queda en alguna parte.
Saluti!