En la sombra del poder, la guerra estalla,
su rugido feroz la tierra ensangra.
Tambores de odio, que nunca se callan,
persiguen intereses que el alma desgarran.
Con banderas alzadas, los pueblos dividen,
mentiras tejidas que el miedo reprimen.
El cañón retumba, la muerte se instala,
mientras el oro en los tronos se ensalza.
Políticos juegan con vidas ajenas,
sus pactos oscuros desatan cadenas.
La paz es un eco que nadie reclama,
pues la ambición ciega y el poder la engaña.
En campos de luto, la sangre se vierte,
niños sin sueños, un mundo inerte.
Por tierras y mares, la furia se expande,
y el hombre se pierde en su propia constante.
¡Oh, guerra maldita, que todo lo arrasa!
Tu sombra es la culpa de la humana raza.
Si el mundo escuchara su voz más sensata,
la paz florecería, no más la metralla.
