“Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero”.
—Pablo Neruda, p. 117, Veinte poemas de amor.
Grita el corazón,
grita que te quiere.
Tan profundamente
entra en la desesperanza
de las hojas caminantes.
Se escabulle entre las venas:
busca la dulce azucena
que se esconde en tu alma;
y agonizando a voz baja,
se atormenta por la duda.
Arrullando hasta el desgaste,
pide liberarnos amorosamente,
despojarnos de la vergüenza
de las lágrimas caídas
y abrazar desnudos al querer.
El corazón grita por ti,
desvaneciéndose adolorido
en el infinito ocaso del ser.