Gravedad

publicado: 27/08/2019 14:45 (En poemame viejo.)

Desde que la descubrió, recorría el mismo camino para verla cada día. Tarde o temprano caerás en mis manos, se decía. Ella era del Perú y aparentemente la única, no había otras. En su viaje de ida la observó, pero de regreso dos horas más tarde, ya no estaba. Nervioso la buscó hasta encontrarla a los pies de la mata, en cuya sombra la tomo en sus manos y tras acariciarla con sus dedos la estrujó en sus labios mordiéndola apasionadamente… Y como había imaginado, la hizo suya por completo… ¡Una Ambrosía! Guayaba, la fruta que más le gustaba.

@Saltamontes : (27/08/2019)

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Excelente giro de tuerca hacia al final… comienza todo como un deseo platónico, casi pasional, para concluir en el delicioso gusto de disfrutar un preciado/codiciado fruto.

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Gracias Ale. me alegra te haya gustado
Abrazo

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La verdad es que al final las cosas acaban por caer por su propio peso. Que alegría el conseguir al final esa fruta tan agradable para el protagonista. Buen relato. Un saludo Pedro.

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Gracias nuevamente, tocayo amigo
Abrazo