“Aunque esta herida duela más que dos”
abrazarte quisiera yo de nuevo,
y decirte también, sin un adiós
que temblando a decírtelo me atrevo.
Porque siendo el deseo irresistible,
vivir no quiero más la malandanza
que a sentir me conduzca lo indecible
destrozado y ansioso de venganza.
Será que al expresar las emociones
el temible dolor se recompensa,
al desechar conjuras y razones
que actuaran en favor de mi defensa.
Será que todo amor resulta hermoso
siendo en los pormenores cuidadoso.