Gigantes
Tan sólo gigantes pueden
apagar el mundo,
encender los mares,
dejarse apedrear por un niño,
o apretarlo entre sus hombros
y salvarlo de adversidades.
Gigantes, gigantes,
a veces somos gigantes.
Esos que auxilian
a exhaustos caminantes
a levantar el cuerpo
y seguir adelante.
Seres que elevan cordilleras
o transportan al mundo,
al hombre,
incluso al cielo lleno de estrellas.
Muy pesado serías mundo
si un Atlas no acarreara tu esfera…
o un san Cristobalón
no te aupara y condujera.
No sudar atribulaciones,
nimias desgracias
es lo que yo quisiera,
pero heme aquí,
ínfimo pigmeo,
lamentándome de infortunios,
átomos de vida negra,
sin vislumbrar que a lo alto
encima de mi cabeza,
un indulgente cíclope
se apiada de mí y me transporta,
allá donde el peligro
deja de ser marea.
También a ti,
a la vida,
a la tierra entera.
Mi pequeñez reconoce
que en cada obstáculo,
la victoria se la lleva ese coloso
que agarra mi cuerpo,
lo empuja, lo serena.
Bendito sea nuestro gigante,
que nos guía y nos da fuerzas.
Checha 2 de febrero de 2025
Imagen: muy interesante