Fue la resaca

Fue la resaca,
llegando hasta mi lado
quien me asustó.

Olas sencillas
viniendo desde lejos
con melodías.

Rumores sordos
con música sublime,
¡cautivadora!

Y allí te vi,
venías con las aguas
del ancho mar.

Vi tu belleza,
con lágrimas saladas
que te cubrían.

Y vi el encanto,
sublime de tu alma
en la mirada.

¡Qué comunión,
del hombre y el poema
en aquel acto!

Yo te miraba,
te hablaba sin palabras,
tú sonreías.

Y mientras tanto,
envuelta en la resaca,
tú te dormías.

Rafael Sánchez Ortega ©
24/04/20

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