Fragmento de un diario - Día 45

Me digo y me pregunto:
¿de qué te gustaría hablar…?

… A lo mejor de nada.
Quizás me contentara con oír tu voz
viniendo del silencio,
sentir la presencia invisible
de tu cuerpo en mi costado,
poder cerrar los ojos
y rozar tu mano con la mía,
jugar, en tu cuerpo, con mis labios
para buscar ese escalofrío
que, también, consiguiera estremecerte
y estremecerme.

Pero me gustaría hablar de ti
y hablarte a ti.

Dejarte en el oído mis palabras,
leerte un sencillo poema sin nombre
que fuera naciendo en este acto,
llevarte de la mano, y sin destino,
por los campos y senderos,
buscar la vieja encina tan soñada
y sentarnos a su lado,
subir por las colinas de los montes
hasta el cielo,
bajar a las orillas de los ríos
para escuchar a las fontanas cantarinas,
sentir como me miras y te miro
sin palabras,
fundir nuestras miradas y latidos
por un instante eterno,
amar y confundir los corazones
haciendo que se paren los relojes,
besar la quintaesencia de tu cuello
con mis labios…

…Y amarte, una vez más,
¡mi poesía…!

Rafael Sánchez Ortega ©
28/04/20

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